Por qué elegir zuecos cerrados

Los zuecos cerrados son comunes en el entorno sanitario, pero cada vez es más frecuente su uso en entornos laborales como hostelería u otros en los que se debe permanecer muchas horas en pie. Los zuecos pueden ser abiertos,  incorporar una tira en el talón o bien tener el talón cerrado. En este artículo nos vamos a centrar en los zuecos cerrados, así como todo lo que hay que saber de los zuecos sanitarios. Suecos, la tienda online de zuecos profesionales ultraligeros y antibacterianos, nos ha explicado lo que conviene saber.

La alternativa de los zuecos cerrados

Antes de escoger unos zuecos sanitarios que van a usarse durante muchas horas al día, conviene informarse de sus particularidades para escoger el modelo más acertado. Los zuecos sanitarios en general, es que son un tipo de calzado recomendado por médicos para aquellas personas que deben pasar mucho tiempo en pie en su puesto laboral o bien que sufren ciertas molestias musculares. 

La ventaja de los zuecos cerrados con respecto a los abiertos radica en que si se realizan desplazamientos continuos, es preferible un calzado estable con ajuste y  unión. Esta particularidad la ofrecen los zuecos cerrados, que si además, hay que realizar manipulación de cargas, ofrecerán más estabilidad y protección al pie. Al sostener mejor el pie, los zuecos  cerrados facilitan un mejor agarre y están recomendados para trabajos con mucho movimiento. Además, su capacidad de amortiguación es mucho mayor que la de los zuecos sanitarios abiertos.

La denominada unión en los zuecos, o tira en el talón,  ahorra posibles accidentes, caídas o bien que los zuecos se salgan con facilidad. sobre todo en instantes poco convenientes. 

¿Cómo utilizar correctamente  los zuecos sanitarios?

Hay que partir de la base de elegirlos lo más cómodos posibles según la actividad  diaria a desempeñar. Si se usan con calcetines, deben ser suaves, absorbentes y ceñidos al pie, de fibras naturales como algodón, lana o bien hilo. Al quitarse los zuecos hay  que lavarse los  pies con jabón suave para eliminar las bacterias acumuladas durante el día y prevenir hongos u otras afecciones.

También es muy importante secar bien los pies al salir de la ducha, especialmente las membranas entre los dedos. Si no se hace de este modo, hay riesgo de que aparezcan hongos al emplear los zuecos durante tantas horas al día. Y si los zuecos producen molestias anatómicas o en la piel, hay que acudir al dermatólogo o al podólogo, según convenga.